jueves, 15 de noviembre de 2007

TENER UN PLAN


TENER UN PLAN

Tener un plan es básico para cualquier proyecto...de cualquier tipo...en cualquier ámbito... El agente Q ya se lo dijo a James Bond en una de sus aventuras: “siempre he intentado enseñarte una cosa: hay que tener un plan”

Tener un plan conlleva tener una idea, un objetivo, una meta. Tener recursos para llevarlo a cabo, saber programar y gestionar esos recursos, saber coordinarlos para alcanzar esa meta.

Un plan no nace de la nada, no surge porque sí, por casualidad...Surge de la necesidad. Por lo tanto, tener un plan supone una predisposición a estar sensible a las necesidades que nos rodean, las carencias, las cosas mejorables...EMPATIZAR. Esa palabra se convierte en esencial. Saber comprender lo que la realidad que se nos presenta, la persona que nos habla nos intenta comunicar, ponerse en su lugar y convertir sus palabras en ideas. Pero hay otra palabra clave cuando se tiene un plan: FEEDBACK. Un plan no puede llevarse a cabo solo. La necesidad de interactuar con tu entorno, con organismos, entidades...obliga a un constante flujo de comunicación que si se rompe, dificulta la consecución de ese plan. La idea se va al traste. Pero si ese proceso es enriquecedor por todas las partes, la idea toma forma, crece y se comparte.

Y la idea se convierte en algo vivo, algo que cobra vida sobre el papel y que nos marca el camino hacia un objetivo.

Al igual que el escalador que sube una montaña establece campamentos base desde los cuales seguir su ascenso, pero al mismo tiempo repasar el camino andado, analizar los errores cometidos, mejorarlos, y comprometerse con el objetivo final, así un plan tiene sus fases, sus evaluaciones, que nos ayudan a corregir y enmendar los fallos para poder lograr una mejor consecución del objetivo final.



Tener un plan lo es todo...comprometerse con ese plan y luchar por llevarlo a cabo es fundamental.

Si tienes un plan...lo tienes todo. Que nada ni nadie te aparte de tu plan.

3 comentarios:

Josu Ansola dijo...

"Tener un plan lo es todo"... interesante reflexión, de las que dan mucho juego ;-)
Lo que he podido ver y experimentar en materia de planificación me ha enseñado que..."los planes están para que no se cumplan". ¿Es realmente el plan lo que nos ayudará a alcanzar nuestros objetivos, o...es la propia pasión (y consecuente esfuerzo) por los objetivos lo que nos proporcionará los resultados deseados?
Debemos tener un plan, pero...a qué nivel de detalle? ¿Un plan detallado...no nos convertirá excesivamente rígidos? Un plan en entornos estables (relación causa-efecto directa y conocida) es manejable...¿pero realmente se cumplen dichas condiciones? ¿Vivimos en entornos estables? ¿Podemos controlar todas las variables a las que se ve expuesto nuestro proyecto?
Servida la polémica ;-), ahora os toca a vosotros/as

Jose L. Tendero Ferrer dijo...

Efectivamente, los planes no se cumplen nunca...y eso obviamente resulta porque los planes cobran vida a medida que se van desarrollando, y como todo ser vivo está afectado por variables, por imprevistos. Por eso hemos planteado la idea de las metas, para poder estar siempre atentos a esas variables y por lo tanto ser capaces de ir corrigiendo el plan a medida que sea necesario, sin perder nunca de vista el objetivo final,esa "cima" de nuestra montaña. De ahí también la idea de contínua evaluación, la supervisión de ese plan. Ir echando la vista atrás constantemente, y en momentos puntuales nos dará la medida, será como el termómetro que nos indica la temperatura de nuestro plan para poder tomar los antibióticos a tiempo en caso de infecciones.
En cuando al detalle del plan...personalmente opino que elaborar un plan detallado puede resultar muy rígido, cierto, pero por otra parte...¿detallar no sería una manera, y cogiendo esto con muchas pinzas, de intentar """adelantarnos""" a algunas de esas posibles variables, se den o no? Quiero decir que quizá, y sólo es una suposición, entrar en determinado grado de detalle puede ayudarnos a prevenir, a preveer ciertas variables, que si bien esto no quiere decir que vayamos a controlarlas todas, pero al menos podemos anticiparos a algunas e incluso poder esbozar de antemano posibles """errores"""...¿ o acaso cuando vamos a hacer una barbacoa al monte, o hacemos una larga caminata, quien más quien menos lleva unas tiritas por si salen rozaduras, una crema por si me quemo, unas botas viejas por si me salen ampollas...? Pues eso...

Josu Ansola dijo...

Buena reflexión José, sin lugar a dudas.
En cuánto al detalle...tenemos que buscar el equilibrio entre poder prever los acontecimientos y destinarle excesivo tiempo a la planificación... (no vayamos a cargarnos la mochila con demasiadas cosas "por si acaso"...;-)