lunes, 19 de noviembre de 2007

Taller de emprendizaje

Hoy hemos participado en un taller de emprendizaje celebrado en el marco de la semana de desarrollo local organizado por el ayuntamiento de ermua. El objetivo primordial de esta jornada era motivar a los asistentes , romper con las típicas barreras autoimpuestas o levantadas por la misma sociedad. Personalmente me ha parecido muy ilustrativa, con ejemplos y sobre todo, apoyado por videos ilustrativos y adecuados. En esta jornada me ha llamado la atención especialmente la ecuación del éxito propuesta. No parecía compleja, y resultaba fácilmente comprensible, sin embargo, en este afán de simplificar las cosas nos atrevemos a reformular dicha ecuación para que sea más fácilmente comprensible. Una mera suma, si, con esto creemos que puede ser suficiente, dos sumandos, dos ingredientes, nada más.

Éxito = ilusión + trabajo (reflejado en horas)

No nos engañemos, crear un proyecto desde cero y hacerlo viable requiere de mucha ilusión (hasta un punto de locura, por qué no...) y muchísimas horas. Tiempo psicológico (como se mencionaba en la fórmula planteada en la jornada) pero también, tiempo físico. El tiempo psicológico, esa percepción de tiempo que se hace más corto cuánto mejor estamos, pero también tiempo físico, ese tiempo limitado del que disponemos todos y cada uno de nosotros. Al fin y al cabo, se trata de una relación causa-efecto, cuánto más ilusión tengamos más tiempo podremos destinarle a dicha ilusión, de acuerdo, pero como todo en la vida, un proyecto de emprendizaje supone buenos y malos momentos. Los buenos son fácilmente asumibles, pero la habilidad reside en gestionar los malos momentos. Momentos donde puede que la tarea como tal no te apasione y el tiempo psicológico es más amplio que el tiempo físico. Es realmente aquí donde se ha de demostrar que la ilusión prevalece sobre la tarea.

A pesar de todo...tiene que existir algo más. De hecho, existe algo más. Hemos visto proyectos que con mucha ilusión y mucha dedicación no han podido encontrar el éxito inicialmente previsto...esa tercera variable la desconozco. De momento con las dos planteadas me he llevado bastante bien y...espero no necesitar una tercera...

¿Alguna idea?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola a todos/as,

Me gusta el debate y la opinión divergente, porque siempre sirve para el que tiene la mente abierta.

No sé si llegué a expresar bien lo que quise decir con relación al tiempo psicológico y la emoción. Comenzando por lo segundo me gustaría hacer alguna aclaración para explicar que no existe nada que hagamos que no incorpore una emoción detrás. No nos levantamos un día y nos sentimos sin emociones porque entonces no tendríamos hambre, frío, miedo, etc. La emoción es intrínseca a nuestro ser.

La emoción está detrás de cada acción, y los pensamientos están basados en las emociones. A un pensamiento negativo le sigue una actitud concreta, irremiablemente diferente a la actitud derivada del pensamiento positivo. Ocurre que cuando tenemos hambre buscamos a toda costa comer como sea, igual que cuando tenemos sed, porque nuestro cerebro está diseñado para satisfacer esas emociones con un proceso de recompensa, que básicamente consiste en generar las endorfinas que nos dan una sensación de satisfacción. Sin ese proceso, sin las endorfinas, moriríamos de hambre porque no existiría el proceso de recompensa. Para obtener esa satisfacción nos olvidamos de todo y ponemos todos nuestros recursos en acción, pensamiento y físico, con el objeto de satisfacer nuestra hambre o sed. Desplegamos un montón de recursos para conseguir lo que queremos, y además, NO NOS IMPORTA NI EL TIEMPO NI LO QUE NOS DIGA LOS DEMÁS!!

Este proceso de dedicación absoluta a satisfacer nuestras necesidades, basadas en una emoción, es el tiempo psicológico al que yo me refería. Si uno o una está plenamente de acuerdo con una emoción interna, si el crear una empresa satisface sus necesidades emotivas, pone en pie un despliegue de recursos difícilmente superables por nadie. Y además, no nos importa el tiempo

Respecto a las interesantes apreciaciones de Josu me gustaría explicar que yo no creo que el indicador de trabajar muchas horas sea componente esencial del éxito, como no creo que, permitidme el ejemplo, un pollo sin cabeza corra sabiendo hacia donde va.

Con relación al tiempo, vuelvo a reiterarme e insisto en que el tiempo físico no es importante. Sinceramente creo que es el tiempo psicológico el verdaderamente importante. Y trato de explicarme; Por un lado, la sociedad nos marca tiempos muy concretos - y la sociedad somos todos, no un ente abstracto – que nos limitan el pensamiento. Parece que hay metas temporales para todo, que pasado un determinado momento hemos de aparcar nuestras ilusiones por cumplir lo que los demás esperan de nosotros. ¡¡El tiempo de los demás no es el nuestro!! Mi tiempo me pertenece a mí y nadie puede hacerme renunciar a mis sueños porque haya cumplido o no una edad. Mi vida la vivo yo.

Por otro lado, creo que el problema a la hora de tener éxito en la empresa es definir qué consideramos nuestro éxito. A menudo olvidamos fácilmente lo que fuimos no hace mucho. La vivencia del presente es demasiado efímera y siempre estamos pensando en el futuro. Pero, ¿y si de vez en cuando reflexionáramos sobre el camino recorrido? Igual descubrimos que el éxito que planeamos en su momento, prácticamente el derecho a ser empresa, hace mucho que lo rebasamos. Podríamos tener una empresa gigante y exitosa y no seríamos capaces de percibirlo, porque nos adaptamos rápidamente, mucho mejor que al fracaso.

Para mí lo importante es saber disfrutar del viaje, imbuirse en el tiempo psicológico propio y congratularnos de nuestros pequeños éxitos. Vivir con emociones las cosas es algo para mi fundamental. En el mundo de la empresa el apetito es feroz, difícilmente saciable, siempre se quiere más. Y esa insatisfacción nos impide recordar para qué creamos nuestra empresa.

Por último, si somos conscientes de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que queremos ser, quizás podamos diseñar el camino correcto para tener más éxito. Si queremos mayor éxito, hemos de analizar lo qué ocurre, lo que ofrecemos, lo que nos piden, el mercado, las posibles alianzas, nuestra competencia, posible diversificación, etc.

No creo que existan nada mágico en tener o no éxito. Muchas veces nos obcecamos con productos o servicios que por muy nuestros que sean no tienen acogida en el mercado. Nos cuesta comprenderlo y adaptarse, pero es absolutamente necesario sentir la emoción del mercado. Como dije en mi charla, todo tiene una causa, y el éxito o el fracaso también.