miércoles, 21 de noviembre de 2007

LA CASA VERDE

No me refiero a la novela que publicó Vargas Llosa allá por el año 1965, sino a la reforma de la normativa para la construcción de edificios que tiene casi tantos años como la novela. Los edificios son junto al transporte y la industria los grandes devoradores de energía en nuestras sociedades. Pues bien, en España se han construido en los últimos años varios millones de pisos y oficinas sin que se haya aprovechado la oportunidad para transformar un parque de viviendas que se caracteriza por su despilfarro energético. Así que los ocho años de gobierno del PP fueron tiempo perdido en este aspecto. Nada se hizo.
La ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, perteneciente al actual grupo de gobierno PSOE, antes de ser relevada en sus funciones como ministra presentó alborozada: «Todas las casas serán verdes». Y destacaba a su vez «Los nuevos pisos deberán obtener hasta un 70% del agua caliente de la energía solar». Esto supondría por lo tanto un avance razonable en el ámbito del ahorro de energía —obliga, por ejemplo, a que los edificios dispongan de paneles solares para aportar una parte sustancial del agua caliente necesaria en las viviendas— y propone aislamientos térmicos que eviten la fuga de energía. Sin embargo, adolece de problemas…».
Razonablemente avanzado sería haber apostado hoy por lo que llevan haciendo, por ejemplo, en Alemania desde hace ya años: empezar a convertir los edificios en generadores de energía por medio de la utilización de células fotovoltáicas. Porque, pese a ser un territorio que recibe una insolación anual mucho menor que el nuestro, son conscientes de que la piel de los edificios —sus azoteas y fachadas— constituye una superficie óptima para ser transformada en colectores solares, y que la cantidad de energía que se podría producir si fuera posible poner en uso todos los edificios del país alcanza cifras de no creerse. Allí, lo del panelito para el agua caliente y el aislamiento del edificio era algo que se daba ya por descontado hace tiempo, y se correrían unas buenas risas, desde luego, si alguien les contara que con eso basta para que te consideren «razonablemente avanzado» en materia ecológica.
España, «todas las casas serán verdes» si de ese color las manda pintar la ministra, porque por lo que se refiere a la cuestión energética, habrá que esperar de nuevo a que llegue la oportunidad, a que haya un gobierno que tome consciencia de la gravedad del problema del calentamiento global y se decida de una vez a limitar nuestras emisiones de efecto invernadero, en fin, a que este país deje de estar a la cola de Europa en casi cualquier aspecto de las políticas medioambientales.

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